viernes, 16 de febrero de 2007

PFC 2-2 AFC. Alquitrán despierta a Pirulos de su sueño

Después de la estrambótica y rimbombante goleada que Pirulos endosara al Dynamo en la jornada 3, todos los ojos estaban puestos sobre el equipo verde. Todos -incluso ellos mismos, probablemente- se preguntaban si serían capaces de mantener ese nivel y hacer justicia al 13-0 en los partidos venideros o si ese partido de ensueño habría sido sencillamente una casualidad, una coincidencia, una confluencia de situaciones favorables. Y Alquitrán, sediento de puntos tras caer en el clásico la jornada anterior, sería el equipo encargado de proporcionar la respuesta.

Con su equipo casi de lujo, los hombres de Morris saltaron al campo como estudiosos más que como guerreros: énfasis en la defensa y minutos de gracia para tantear si Pirulos, con la marcada ausencia de Alejandro, traía consigo el envión del juego anterior. Pero bastaron unos minutos para que quedara claro que este partido sería mucho más reñido y que se decidiría por detalles muy puntuales: el que se equivoacara primero lo pagaría caro.

Y de entrada fue Carlos, asistido por Miguel, quien puso el 1-0 para Pirulos a eso de la mitad del primer tiempo. Se veía la preocupación en las caras de los fumadores y se empezaban a sacar cuentas hipotéticas pues era casi juego y medio de arquería imbatida para los verdes. Y fue entonces cuando un gran gol de Colombia a pase de L'alesandre puso todo en perspectiva... un riflazo a la cara superior de la red por parte de un jugador que nunca vio a Pirulos jugar, que no le importaba si habían sido 13, 15, o 980 goles los que había recibido el Dynamo y al que sencillamente no podría darle más igual cuántos minutos tenían los verdes sin recibir gol. Ese gol derrumbó el altar de Pirulos, los bajó al nivel de todos los demás equipos y planteó un partido nuevo.

Lastimosamente para el público (en su mayoría de los fumadores) este nuevo partido no era particularmente vistoso, aunque sí muy rico en técnica. Los posicionamientos en la cancha de Angulo y Colombia eran claves para el desenvolvimiento completo de Alquitrán, que se balanceaba en ofensiva y defensiva con las subidas y bajadas de Ja. Por parte de Pirulos eran Carlos y Luis los que achicaban los espacios, con intervenciones valiosas de Daniel relevando a ambos. Los principales encargados de desbalancear el marcador eran Miguel, L'alesandre y Ritxard, los puntas de cada equipo, pero se topaban siempre con espacios muy reducidos y marcas pegajosas.

Finalmente serían precisamente Miguel y Ritxard los que crearían el desbalance y, a final de cuentas, el balance. Miguel, jugador de gran desmarque, buena velocidad y regate peligroso, aprovecharía el descuido de Alquitrán para anotar de contragolpe tras un pase largo del arquero. Ritxard, siempre resaltante por su rapidez y buen posicionamiento, saldaría el empate en el segundo tiempo tras una excelente jugada individual al irse en velocidad por la banda y rematar con una precisión espeluznante con un ángulo bastante reducido. El resto del guión sería el mismo: mucha técnica y un ritmo decreciente mientras avanzaban los minutos, hasta que hacia el final del encuentro surgirían conatos de roce que serían apaciguados por el pitido final.

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